miércoles, 13 de mayo de 2015

El alcohol y su impacto economico





El alcohol forma parte de nuestras vidas, de nuestra cultura y me refiero a todo tipo de civilizaciones y regiones del mundo. ¿A quien no le gusta tomarse una cañita en un día de calor, una copa después de comer o un cubata en una discoteca? Lo mismo se bebe en Europa que en Asia, en América o en África. ¿Y por que os hablo de esto hoy y no de la posible quiebra de Grecia o de la "movida" que hay en los últimos quince días con el bund y la deuda en general? Pues no, de eso, de los mercados, ya he hablado muchas otras veces y hoy quiero traer un tema algo diferente aunque muy ligado a la economía y la crisis también.

La OCDE acaba de publicar un informe muy interesante sobre el consumo de alcohol en sus países miembros. El consumo de bebidas alcohólicas está bajando en general. A pesar de esa tendencia clara, son muchos los países en los que han aumentado considerablemente el consumo y las borracheras entre los jóvenes. Un 43% de chicos menores de 15 años reconoce haberse emborrachado alguna vez. En el caso de las chicas hablamos de un 41%. En el ultimo estudio los datos eran del 30 y 26% respectivamente. 

Ciertamente es una tendencia preocupante y no solo por el tema social y sanitario si no porque existe también un impacto económico. Accidentes de trafico, enfermedades agudas y crónicas. El alcohol causa, en el mundo, más muertes que el SIDA, la tuberculosis o los actos de violencia justos. Algo a tener en cuenta no solo por el impacto social si no por el impacto económico que causa. Muchas enfermedades provienen por un consumo excesivo de alcohol con el consecuente sobre coste para la sanidad. El abuso de alcohol afecta a la productividad y al rendimiento de los trabajadores. 

El beber alcohol es un acto voluntario y una decisión individual. Si se hace con moderación puede ser incluso hasta beneficioso para la salud en casos puntuales. Como todo, en exceso, puede tener consecuencias nefastas. La OCDE recomienda campañas de prevención contra el alcoholismo, el aumento de impuestos, o unas restricciones más severas en la venta de bebidas alcohólicas. La solución según la OCDE no pasa por aplicar una sola medida si no por una combinación de cada una de ellas. 

Como casi siempre en este tipo de informes hay otra cara de la moneda y esto es cosecha propia mía. Si bien está demostrado que el consumo de alcohol en exceso es nocivo, personalmente veo difícil como regular más estrictamente o penalizar (vía impuestos) el mismo. La costumbre de beber alcohol y la fuerza que pueda ejercer la industria alimentaria es todavía muy fuerte. Para hacer un símil (salvando las distancias) el consumo de tabaco se ha reducido mucho en los últimos tiempos por las diferentes leyes implantadas y múltiples subidas de precio (vía impuestos) de los cigarrillos, pero se sigue fumando aún sabiendo que es malisismo. Con el alcohol creo que puede pasar lo mismo. 

NOTA: 

Hace unos días la OMS publicó que en Andorra se consumían 15,5  litros de alcohol por persona y año. Personalmente me cuesta mucho creer eso y creo que los datos deben salir de los litros VENDIDOS en el Principado que puede ser muy diferente de los CONSUMIDOS. 




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